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5, 4, 3, 2, 1…
Segundos antes de la extracción, Elsa dirige un vistazo al cochero sombrío que aguarda allá detrás, esperando la oportunidad. Ella lo reconoce en ese instante. Ya lo ha visto en otras bibliotecas vivientes, pero bajo distintas formas: Es un Al-z, devorador de memorias.
-¡Este recuerdo se viene conmigo, Al-z…!-le grita con aires de victoria, y con sus poderosas notas bajo el brazo, la buscadora salta fuera de la biblioteca-mente…
FIN DEL CAPÍTULO «B»